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iMATUS, CITMAGA y CITEEC colaboran en un proyecto para proteger la catedral de Santiago

Un equipo de investigadores liderado por Jorge Mira (iMATUS), Alberto Otero Cacho y Alberto Pérez Muñuzurri (CITMAGA), con la colaboración del grupo de Luis Hernández Ibáñez (CITEEC-UDC), trabajará para preservar uno de los tesoros arquitectónicos más importantes de nuestra sociedad, la catedral de Santiago.

Financiado por la Dirección General de Patrimonio de la Consejería de Cultura de la Xunta, en colaboración con la Fundación Catedral de Santiago, el proyecto tiene como objetivo comprender la circulación del aire y la humedad en el interior del monumento. Hasta ahora, este fenómeno, vital para la preservación de la estructura, había sido un enigma para los expertos. La catedral, una intrincada red de naves, bóvedas, capillas y pasadizos, ha soportado siglos de condiciones climáticas extremas, especialmente los fuertes vientos y las lluvias procedentes del océano Atlántico.

«La catedral está orientada hacia el oeste, casi en línea recta con la ría de Noia, por lo que enfrenta el viento directamente con el Pórtico de la Gloria. Sabemos que el aire entra por allí, pero desconocemos cómo se mueve en el interior y dónde deposita la humedad», explica Jorge Mira.

Este ambicioso proyecto, a cargo de los científicos de iMATUS, CITMAGA y CITEEC, implica la creación de un modelo matemático complejo utilizando técnicas de fotogrametría. Estas herramientas permitirán entender los flujos de aire y la condensación de humedad en el interior de la catedral, con el objetivo de mejorar su protección y preservar su inestimable patrimonio.

«Es un trabajo duro y ambicioso, pero esperamos que los resultados no solo beneficien a la Catedral de Santiago, sino también a otros edificios históricos en el futuro», señala Jorge Mira.

Este proyecto no solo representa un hito en la preservación del patrimonio cultural de Galicia y España, sino que también demuestra la capacidad de la ciencia y la tecnología para proteger y comprender mejor nuestro legado histórico y arquitectónico. Gracias a la dedicación y la innovación de los científicos involucrados, se está escribiendo un nuevo capítulo en la historia de la Catedral de Santiago y en su protección para las generaciones futuras.